"Raite" Parte II

Al parecer tomar un taxi a las 4:30 am en Manzanillo es más difícil de lo que parece, y más para aproximadamente 40 personas -dejé de enfocar unas horas antes, así que es sólo un aproximado- la caballerosidad sale a relucir, por lo que primero se van las chicas con algún amigo acompañándolas, pero es cuando ya no quedan mujeres cuando comienza la guerra campal por "apañar" uno.

Subo con mi compañero de cuarto, un nuevo buen amigo y un desconocido al taxi, la tarifa "70 PESOS", es aquí cuando empieza el sutil pero firme regateo por parte del meJicano:

M: 70 pesos? que nos viste cara de gringos? nos han estado cobrando 40
taxista: es lo que cobro (taxi en marcha)
M: sólo tenemos 50 pesos (una de esas mentiras piadosas que creí nunca fallaba) así que si no nos cobra ésto déjenos bajar
taxista: (dando vuelta en U y regresando las 4 cuadras que nos había avanzado) BÁJENSE!!!
Los 4: (cagados de risa obedecemos)

La calle vacía, por fin pasan carros, ojalá uno de ellos fuera un taxi, tristemente no tenemos tanta suerte, decidimos pedir "raid", sí, con el dedo pulgar arriba y toda la cosa, "la gente es muy amable en Colima, seguro alguien nos lleva", fue el argumento que nos dio el valor de pedirlo, además de las copas ingeridas previamente claro está, al parecer teníamos la boca llena de razón, a nuestro lado -en no más de 5 min- ya estaba una pickup plateada preguntándonos a donde íbamos, aseguró que iba unas cuadras hacia nuestro destino, que nos podía llevar, por lo que subimos sin dudar a la parte trasera, 250 kms/hr era la velocidad a la que iba, el aire dando directamente en nuestras caras y ya conocen el efecto generado por la combinación aire/alcohol, agarrados con fuerza para no salir volando en el primer enfrenón, por fin se detiene, afortunadamente llegamos completos, agradecimos a nuestro conductor, y nos dimos cuenta de nuestra realidad, llevamos menos de la mitad del camino.

A caminar se ha dicho, el sentimiento de webba estaba a punto de ganarnos cuando se nos iluminaron los ojos, un OXXO, bizarramente aparece justo antes de que alguno de los presentes hubiera dicho: "ya me estoy secando" o alguna frase que aludiera a que ya se le estaba bajando la peda, el repertorio es amplio, sin titubear entramos, sección de chelas, abren refri, se agachan para tomar las que cuenten con más grados de alcohol , pero una voz se escucha al lado y pronuncia la frase que nos agüitaría el momento: "NO VENDEMOS ALCOHOL HASTA LAS 6 DE LA MAÑANA", intentando convencer por unos minutos a la señorita, utilizando excusas como el cambio de horario y cosas por el estilo que creímos podíamos usar en nuestro beneficio para que la susodicha hiciera su buena obra del día, no podemos lograrlo, al único acuerdo que llegamos fué sacarle un: CONSÚLTENLO CON EL GERENTE, sin más, vamos a la caja para darnos cuenta de que el gerente tiene no mas de 15 años, el cual tambien se niega a vendernos alcohol, tristes, salimos del falso oasis.

Una vez más el raid pasa por nuestras mentes, si funcionó una vez por qué no funcionaría ahora?, esta vez tardamos más en conseguir a alguien que se detuviera, una camioneta se detiene, pero sólo porque el semáforo lo obliga, por la ventanilla vemos a una mujer, de esas que te divierten por unos cuantos "dolaritos" -como bien dijo nuestro amigo el taxista- con una minifalda blanca, al notar nuestras miradas nos hace ojos de "por qué chingados me están viendo?", luz verde, ya no la vemos. Aproximadamente 2 min despues un vocho blanco se detiene, un sr muy amable nos ofrece llevarnos a xochitletle o un lugar que en verdad no recuerdo su nombre, claramente le dijimos que no -quizá si el OXXO no hubiera sido un espejismo ya estaríamos en aquel lugar impronunciable- pero agradecimos su intención, aunque nunca sabremos realmente cual era, habría sido violarnos y/o vender nuestros órganos en el mercado negro o llevarnos a su pueblo natal y pasar un buen rato??, por el momento le daremos el beneficio de la duda.

Caminamos una cuadra más, bendito camellón, los taxis pasan al por mayor, hacemos la parada y se detiene uno, ya no preguntamos el costo -aprendimos la lección-, al llegar a nuestro destino "50 PESOS", como anillo al dedo, no queda más que seguirla en la playa y contar lo sucedido, todos siguen ahi =)